Transcription performed by LeahTranscribesJACK: ¿Cómo llegué aquí? Este trabajo es muy extraño. Nunca pensé que tendría un podcast. Para empezar, reprobé las clases de lengua… al menos dos veces, y jamás pensé que llegaría a ser escritor. A veces me gusta ver hacia atrás y preguntarme qué eventos ocurrieron en mi vida para ponerme en el lugar en el que estoy ahora. [MÚSICA] El 11 de septiembre, por ejemplo. Ese día me levanté temprano, me duché y caminé hasta la casa de mi abuela. Ella iba a llevarme a ver al FBI. Lo que pasa es que el FBI tenía un evento tipo feria de empleo y estaban reclutando personas interesadas en las computadoras. A mí me interesaban las computadoras. No estaba precisamente emocionado por trabajar para el FBI, pero bueno, podría ser una aventura. Tal vez podría ser espía o algo así. Y dije: “ok, genial. Vamos a intentarlo. Vamos a aplicar y ver qué pasa.” “Vamos, abuela, despierta. Vamos a conocer al FBI y ver si me contratan.”
Pero mientras esperaba a que ella estuviera lista, encendí la televisión y el mundo estaba cambiando frente a mis ojos. Estábamos viendo la transmisión en vivo, y vimos un avión estrellarse contra un edificio en Nueva York. Nunca había visto algo así en vivo. Fue impactante. Estábamos impactados por los eventos, pero igual nos subimos al auto y manejamos hasta la feria de empleo. Cuando llegamos, el FBI ya no estaba. La feria de empleo fue un completo fracaso. El FBI ni siquiera se quedó con mi currículum para revisarlo después, y yo nunca volví a intentar postularme. No los culpo por no haberse presentado, fue un día bastante loco. Pero imagínate un universo alterno en el que yo efectivamente me convertí en agente federal y ahora no estás escuchando mi podcast, sino que ahora estoy yo escuchando el tuyo.
(INTRO): Estas son historias reales del lado oscuro de internet. Esto es Darknet Diaries en español.
JACK: El 11 de septiembre de 2001, Shannen Rossmiller estaba viendo las noticias, igual que yo. Pero ella las veía desde su cama. Unos aviones estaban chocando contra edificios. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Quién? ¿Por qué? Esa mañana todos teníamos un millón de preguntas en la cabeza. Fue un evento trágico. ¿Un ataque terrorista en suelo estadounidense? Shannen estaba hipnotizada frente a su televisor. Esa mañana ella estaba en la cama recuperándose de una fractura de pelvis. Era una mujer fuerte. [MÚSICA]
Estar atrapada en la cama significaba que realmente estaba herida, porque simplemente no dejaba que lesiones menores la detuvieran. Tenía mucha determinación y era valiente. Tenía tres hijos pequeños y un esposo llamado Randy. Él era técnico informático y tenía su propio negocio reparando equipos y configurando redes. Shannen tenía 32 años. El 11 de septiembre, ella era jueza de un tribunal municipal, lo cual es un rol bastante sorprendente para tener a los 32 años. Eso demuestra su impulso por aprender y por tener éxito. Como jueza, Shannen generalmente veía casos relacionados con infracciones de tránsito, robos y otros delitos menores. Era una persona importante haciendo un trabajo importante. Y todo esto sucedía en un pequeño pueblo llamado Conrad, en Montana.
Es un lugar pequeño; estamos hablando de menos de 3000 personas viviendo allí, pero es el típico pueblo pequeño estadounidense donde la gente se conoce y se apoya mutuamente. Es un lugar agradable y tranquilo para vivir. Shannen es una mujer súper enfocada. Absorbe información increíblemente rápido y le gustan los desafíos probablemente más que a la mayoría de nosotros, aprendiendo cosas nuevas y empujándose mentalmente. Es parte de lo que la motiva. Pero cuando trató de volver al trabajo después de ver lo que ocurrió el 11 de septiembre, simplemente no pudo sacar esos eventos de su cabeza. [MÚSICA] Alguien atacó a los Estados Unidos. Estrellaron aviones contra las Torres Gemelas. ¿Quién haría algo así? ¿Cuál es su ideología? Ella quería entender qué podía haber llevado a alguien a hacer esto. Pero más allá de todo eso, fue un evento trágico. Murieron muchísimas personas. Ella quería justicia para quienes fallecieron. Y es que eso es básicamente en lo que había trabajado toda su carrera, ¿no? Ser jueza, emitir justicia. Pero, ¿cómo castigas a las personas que estrellaron los aviones contra los edificios? Murieron en el choque. Fue un tiempo muy confuso y todos buscábamos orientación, algo que nos ayudara a dar los siguientes pasos en la vida. Es como si todos nos sintiéramos atascados, sin saber qué hacer.
El 11 de septiembre puso a Shannen en medio de una intersección entre ser una estadounidense orgullosa que quería hacer algo al respecto, ser una jueza que trae justicia a las personas, y ser infinitamente curiosa. Todo esto la empujó hacia un nuevo camino en la vida y la moldeó para convertirse en alguien que nunca imaginó ser. Ahora bien, internet en 2001 no era lo que es hoy. AOL (America Online) y la conexión a internet por vías telefónicas seguían siendo la forma en la que la mayoría de las personas accedían a internet, y era lento, muy lento.
Instagram… y Tinder no habrían sido posibles entonces, ya que cada imagen habría tardado tres minutos en cargarse, y todos nos habríamos aburrido. Pero estaba bien, porque no sabíamos lo que era la velocidad y simplemente nos conectábamos para leer cosas, o revisar correos, o enviar mensajes a otras personas, no para mirar fotos o videos. El esposo de Shannen, Randy, era técnico informático, así que tenían computadoras en la casa y estaban bastante conectados, y a veces ella las usaba para explorar un poco. Pero el 11 de septiembre la atrajo mucho más a ese mundo. [MÚSICA] Ella tenía muchas preguntas, y había gente hablando de esos mismos temas en línea. Así que navegaba por foros, sitios web y salas de chat, simplemente leyendo más, absorbiendo todo lo que podía sobre el tema, aprendiendo sobre el islamismo radical, los yihadistas y el terrorismo. Las primeras horas de la mañana eran su momento. Randy y los niños seguían dormidos.
Shannen se levantaba, bajaba las escaleras hasta el pequeño cuarto que usaban como sala de computadoras, encendía la computadora y esperaba los cinco minutos que tardaba en iniciarse. Leía todas las noticias que podía sobre los ataques a las Torres Gemelas. Ella tenía un cerebro donde todo lo que leía simplemente se quedaba grabado. Así que leía y absorbía todo. Un mes después del ataque, Osama Bin Laden grabó un video tomando responsabilidad de los atentados. Él era el líder de un grupo terrorista global, Al-Qaeda. Al-Qaeda era una palabra nueva para la mayoría de nosotros. Nunca habíamos oído hablar de esto antes, y ella estaba aprendiendo sobre su nexo con el islam y sus ideologías radicales. Al-Qaeda quería que el ejército estadounidense saliera de Medio Oriente, y estaban dispuestos a llegar a extremos bastante aterradores para hacer que su mensaje fuera escuchado. Parecía que los Estados Unidos tenían un nuevo enemigo con el que lidiar, uno que no esperaban ni sabían cómo manejar. Los Estados Unidos estaban llevando a su ejército a lugares de todo el mundo, tal vez interfiriendo en áreas donde no debían. En internet, las personas tenían muchas opiniones. Algunas personas eran incluso comprensivas con Al-Qaeda. Internet era una olla hirviendo de salas de chat y foros donde la gente expresaba sus opiniones. En línea, todos son anónimos, incluso en los primeros días de internet.
De hecho, esto fue una oportunidad para muchas personas con puntos de vista extremos que querían compartirlos. Era fácil conectarse en línea y ser amenazante sin que eso tuviera repercusiones en la vida real. Shannen escuchó el nombre de un sitio web en un noticiero. Decían que tenía salas de chat que la gente estaba utilizando. No pudo evitar echarle un vistazo. ¿Era este el lugar donde se reunían las personas que odiaban a los Estados Unidos? Entró en el sitio web y empezó a explorar, leyendo mensajes de personas de todo el mundo. Algunos expresaban simpatía, otros mostraban odio detrás de sus palabras. Pasó horas y horas leyendo y absorbiendo todo, tratando de entender lo que no comprendía. Mucho del contenido estaba en árabe, y tenía que traducirlo. Para finales del 2002, Shannen había encontrado algunos amigos en línea, otras personas de todo el mundo que compartían sus puntos de vista. Osama Bin Laden seguía prófugo, y no parecía que se estuviera haciendo justicia. Eventualmente, gravitó hacia personas que estaban interesadas en lo mismo que ella, sobre lo que hacía Al-Qaeda y que querían compartir enlaces interesantes entre ellos sobre el tema. Formaron un grupo llamado “7-Seas Global Intelligence Security Team”, “Equipo de Seguridad de Inteligencia Global 7 Mares”, para representar a sus siete miembros de siete países diferentes.
El grupo se reunía en línea y compartía noticias interesantes o publicaciones provenientes de foros más escondidos. Algunos de los miembros del grupo hablaban árabe y encontraban cosas con mayor facilidad. Esto introdujo a Shannen en conversaciones más profundas que estaban ocurriendo sobre el extremismo islámico. Estas salas de chat y publicaciones en foros a menudo estaban en árabe, y Shannen, que era de Montana, no hablaba árabe, pero quería aprender para investigar mejor. Realmente quería entender su cultura, así que comenzó a aprender un poco de árabe, al menos cómo leerlo. Pero, aunque se estaba asociando con el grupo 7-Seas para compartir información, se desviaba por su cuenta como un lobo solitario. Exploraba mucho por su cuenta y sin decirle al grupo lo que encontraba o en qué estaba trabajando, y tampoco era completamente honesta con Randy, su esposo, sobre lo que ella estaba haciendo en línea. Él sabía que estaba interesada en esto, pero no realmente cuán obsesionada estaba con el tema. De vez en cuando encontraba una publicación en un foro o a alguien en una sala de chat que le ponía la piel de gallina. Cuando las personas chatean en línea, es difícil saber cuándo tomarlas en serio. La gente bromea mucho. Hay trolls por todas partes.
Pero Shannen podía percibir cuándo alguien estaba hablando en serio y, a veces, veía una publicación que parecía amenazante. Algo como: ¿alguien podría estar realmente en peligro por esta publicación, verdad? La persona que escribía podría ser realmente peligrosa e intentar hacerle daño a alguien. ¿Qué haces en una situación así? Esto realmente la inquietaba. Ella nunca olvidó a las personas que murieron el 11 de septiembre. Como una estadounidense orgullosa, Al-Qaeda parecía también ser ahora también su enemigo. Pero, al mismo tiempo, era como una polilla atraída por el fuego. Ya conocemos el dicho: mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca aún. Se estaba dando cuenta de que sus enemigos estaban justo ahí, al otro lado de su pantalla. Internet es una forma de acercar a todos entre sí. Esos enemigos no estaban en un lugar lejano o en una cueva. Estaban ahí, en su pequeño cuarto de computadoras, en el piso de abajo, en su pantalla. Esa proximidad la intrigaba profundamente. Quería hablar con ellos, y ellos estaban justo ahí. Con ellos tan cerca, ella tuvo la oportunidad de hablarles. Pero es extraño, ¿sabes? ¿Qué iba a decirles? Oigan, escúchenme, idiotas. Soy una jueza respetada, madre de tres hijos, orgullosa ciudadana de los Estados Unidos, y no me gusta ese tono de voz. Ella sabía que ser ella misma en esta situación no la llevaría a ninguna parte. Su estatus en la vida real no tenía ningún poder aquí. Y en internet, puedes ser quien tú quieras.
Así que, para acercarse a sus enemigos, sabía que tenía que ser alguien que no era. Me gustaría imaginarla disfrazándose con ropa de camuflaje y cubriéndose de barro, pero en realidad, solo eligió un nombre de usuario, se registró en el foro, o sala de chat, y actuó como si fuera una extremista islámica, como una de ellos. En realidad, era un poco más complicado que eso. Tengamos en cuenta que llevaba meses observando estos foros y salas de chat, analizando cientos de publicaciones, miles de mensajes, y se estaba volviendo bastante competente en árabe. Podía entender algunas conversaciones sin necesidad de pasarlas por un traductor. Esto le permitió captar pequeños matices, como la forma en que hablaban las personas, cuándo lo hacían y ciertas frases o citas que usaban con frecuencia. Shannen intentaba encajar hablando como ellos, imitándolos. Estas personas generalmente tenían opiniones extremas sobre el islam. Algunos afirmaban ser miembros de Al-Qaeda o apoyarlos, justificaban y planificaban actos de violencia contra países occidentales.
Shannen es una persona muy interesante. Le envié correos electrónicos varias veces pidiéndole una entrevista, pero, lamentablemente, murió antes de que pudiera tenerla en el programa. Sin embargo, el podcast SpyCast hizo una entrevista con ella en 2011, y aquí está ella explicando lo que hizo.
SHANNEN: Bueno, una de las cosas que tengo es cuaderno tras cuaderno tras cuaderno, y todos están fechados en orden cronológico según las distintas cosas que esté haciendo en ese momento. Así que, son mis registros. Son mis registros de las identidades que utilizo, que creo, y que tienen diferentes antecedentes, ya sabes, en cuanto a su cultura, su tribu, su clan, y cualquier otra… - lo que necesite para que, que esa identidad individual tenga toda la apariencia de ser una persona real tras la pantalla de una computadora en cualquier parte del mundo de la que digo ser.
JACK: Ella era bastante meticulosa al construir alter-egos creíbles para actuar en estas áreas de internet, creando historias de fondo y manteniendo registros de quién era esa persona. Investigó cómo ocultar su dirección IP para que no pareciera que estaba accediendo a esos sitios desde su casa en Montana. Aprendió qué era un proxy y cómo conectarse a uno para que pareciera que estaba conectándose desde Canadá. Así, Shannen se aseguraba de que, cuando estaba en línea, su ubicación virtual coincidiera con la identidad falsa que usaba en los foros. Sabía que estaba entrando en la boca del lobo y quería ser extremadamente cuidadosa para mantener a salvo a su familia. Pero aquí está el detalle: en el salvaje mundo de internet, no tienes las señales habituales para saber si alguien está mintiendo, no hay expresiones faciales, ni tono de voz. Solo son palabras, en blanco y negro en una pantalla. Eso hacía todo mucho más complicado. Ahora podría sonar relativamente fácil, pero en ese entonces, no muchas personas estaban creando identidades falsas y conectándose a través de proxies para infiltrarse en un grupo terrorista. Shannen estaba haciendo todo por su cuenta, aventurándose en un terreno nuevo e inestable. Estaba entrando en una parte oscura y peligrosa de internet, y era muy consciente de que lo que estaba haciendo no era precisamente la opción más segura, pero no podía evitarlo.
Una vez que tomó la decisión de infiltrarse, no hubo vuelta atrás. Una persona que llamó mucho la atención de Shannen fue un hombre que usaba el nombre de usuario Abu Khadija. Este hombre tenía un historial de actividades terroristas. Lo encontró en línea y vio que contribuía activamente a la Enciclopedia de la Yihad, y descubrió que estaba conectado con Abu Hamza, un predicador islámico que llevaba un gancho protésico en su brazo izquierdo. Abu Hamza estaba involucrado en todo tipo de actividades terroristas sospechosas en el Reino Unido y los Estados Unidos. Shannen descubrió que el verdadero nombre de Abu Khadija era Oussama Abdullah Kassir. Era conocido y respetado en esta comunidad en línea en la que ella quería involucrarse. Así que quiso conectarse con él porque, tal vez, si lograba ganarse su confianza, podría obtener alguna información útil. No estaba completamente segura, pero pensó en intentarlo. Shannen trazó un plan para acercarse a Kassir. Creó una identidad en línea y se llamó a sí misma Abu Zeida. Es común que los yihadistas y miembros de Al-Qaeda usen nombres falsos, y este encajaba perfectamente. Fingió ser una reclutadora de un nuevo grupo de combatientes guerrilleros islámicos con base en Canadá. Actuando como Abu Zeida, Shannen logró atraer la atención de Kassir con sus publicaciones. Comenzaron a enviarse correos electrónicos, pero ella le dijo: oh, no, shh; no hables aquí. No es seguro. El correo electrónico deja rastros. Mejor llevemos nuestras conversaciones a un lugar más seguro, donde podamos eliminar los mensajes tan pronto como se lean. Kassir estaba interesado.
Shannen sugirió que crearan una cuenta de correo electrónico a la que ambos pudieran acceder, y para enviarse mensajes, uno de ellos podría comenzar un correo y dejarlo en la carpeta de borradores sin enviarlo, y luego el otro podía iniciar sesión, ver el mensaje, leerlo y luego eliminarlo. ¡Y listo! No quedaría ningún rastro del mensaje en ningún lado. Kassir no solo estuvo de acuerdo con esta idea, sino que de hecho le dio su nombre de usuario y contraseña de su correo electrónico. Le dijo, “oye, ¿sabes qué? solo deja los mensajes en borradores en mi bandeja de entrada y yo los leo y los elimino tan pronto como los vea”. Ella se sorprendió de que le diera su contraseña. Me imagino que estaba muy emocionada. “¡Sí! Quiero decir, sí, está bien, usaremos tu correo”. Su esposo Randy no tenía idea de que ella estaba haciendo todo esto. Así que, Shannen comenzó a chatear con Kassir desde la carpeta de borradores de él. Pero al mismo tiempo, ella podía ver todos los correos que llegaban y salían de su bandeja de entrada. Era increíble. Ella guardaba todo lo que podía. Acababa de infiltrarse en la cuenta de correo electrónico de un influencer islamista extremista. Era increíble. Continuó con esto, chateando con él de manera encubierta pero luego husmeando en sus correos electrónicos, aunque realmente no encontraba nada que lo inculpara. No había una prueba evidente de cosas que él hubiera hecho o planes para realizar más acciones terroristas, pero él estaba contribuyendo a la Enciclopedia Yihadista, y los extremistas lo respetaban.
Así que pensó que tal vez aún podría ser útil de alguna manera, y lo mantuvo cerca. Para 2003, había creado varios alter-egos en estos foros y salas de chat. Seguía usando de vez en cuando a Abu Zeida, construyendo su historia y dándole credibilidad. Una de las cosas que intentó hacer fue asociarla con el Ejército de los Justos, o en árabe se llama ‘Lashkar-e-Taiba’. Esta es una organización militante yihadista bastante conocida. Si se podía asociar Abu Zeida con el Ejército de los Justos, tal vez podría obtener información sobre cuál sería el próximo ataque terrorista. Así que, cuando el Ejército de los Justos realizaba algún ataque terrorista, simplemente afirmaba que ella formaba parte de él, que estuvo allí o que ayudó de alguna manera. O mejor dicho, su alter-ego inventado Abu Zeida afirmaba ser parte de ello. Mantuvo su relación con Kassir. Todo esto estaba construyendo un crédito social en esa comunidad. Con este alter-ego más establecido, estaba lista para llevar las cosas un paso más allá. Quería que la gente le contara cosas, cosas incriminatorias. Lo que realmente quería hacer era detener el próximo ataque terrorista o encontrar información sobre alguien que les llevase a un arresto. Así que realmente quería que alguien compartiera con ella un plan o admitiera algo que hubiera hecho para que ella pudiera tomar acción.
Pero es difícil saber si alguien está diciendo la verdad en línea. Hay mucho contenido y es difícil saber quién está siendo sincero. Ella tampoco quería animar a nadie a hacer algo, así que era un juego realmente complicado, chateando con todos para intentar obtener la información correcta. Shannen tenía una ventaja distinta aquí; ella era jueza de tribunales y conocía la ley. En última instancia, ella quería una acusación, cargos y posibles condenas contra las personas que planeaban violencia y muerte. Sabía que si esto llegaba a juicio, la manera en la que obtenía la información tenía que ser legal, y tenía que asegurarse absolutamente de no caer en la incitación. Desarrolló un plan para navegar por esta parte oscura de internet. Era un plan bastante elaborado y necesitaba ayuda para hacerlo, así que volvió a su grupo, los 7-Seas, y buscó ayuda. Un miembro del grupo 7-Seas con el que se llevaba bastante bien era un tipo llamado Brent Ashley. Él vivía en Ontario, Canadá, y era físico nuclear y desarrollador de software. Ambos tenían opiniones similares sobre que estos grupos terroristas debían ser detenidos. Él también pensaba que trabajar en línea juntos podría permitirles identificar patrones, tal vez descubrir posibles amenazas y luego advertir a las autoridades para que pudieran intervenir y evitar que sucedieran más cosas horribles.
Entonces, entre ellos, idearon un plan utilizando las habilidades de desarrollador de software de Brent. Lo llamaron Operación Whirlpool, y funcionaba de esta forma: el plan consistía en introducir un malware en la computadora de un posible terrorista. Sería un key-logger: cada pulsación de tecla que el objetivo escribiera, se reportaría a Shannen y Brent. Podían disfrazarlo para que pareciera un documento que necesitabas abrir para leerlo, ¿verdad? Pero en realidad era un programa ejecutable y, una vez activado, el key-logger correría silenciosamente en segundo plano, grabándolo todo y subiéndolo. El usuario vería el documento y no se daría cuenta de que el malware seguía ejecutándose. Esperaban que esto les diera registros de chats o mensajes privados que pudieran ser evidencia incriminatoria. Y sí, quiero decir, esto es espiar al estilo de 2003, pero aún así es espiar, y tiene que tener cuidado porque ella era una jueza de los Estados Unidos. Si de alguna manera ponía su malware en la computadora de otro estadounidense que no fuera un terrorista, podría ser el fin de su carrera. Así que intentaron poner en la mira solo a no-estadounidenses.
Brent terminó este pequeño programa espía y juntos comenzaron a pensar en formas de ponerlo en la computadora de algún objetivo. La respuesta, pensó Shannen, era simple. Los manuales de autoentrenamiento eran muy populares entre los islamistas radicales. La Enciclopedia Yihadista es un documento enorme, de más de 8.000 páginas, y tiene capítulos sobre todo: desde explosivos hasta tácticas, armas y combate cercano. Era algo que estos tipos seguían y consultaban mucho. Así que Shannen y Brent decidieron agregar este programa a la enciclopedia. Lo empacaron, lo metieron ordenadamente dentro de un archivo zip, y lo llamaron algo interesante para atraer a la gente a abrirlo. Luego lo subieron a la Enciclopedia Yihadista y esperaron. Necesitaban una víctima que viniera a descargarlo de la enciclopedia, que abriera el archivo zip y que ejecutara el programa. Entonces podrían ver todo lo que esa persona escribiera en su computadora. La Operación Whirlpool estaba en marcha. El águila ha dejado el nido. Ella comenzó a pensar en cómo podría hacer que la gente lo descargara, porque solo ponerlo allí no atraía a nadie a descargarlo y verlo, así que necesitaba idear formas de hacer que las personas se lo descargaran y lo ejecutaran. Pensó en usar su identidad falsa, Abu Zeida, para de alguna manera engañar a alguien para que descargara el malware y lo ejecutara, pero no quería que esto saliera mal, que la descubrieran, y tener que quemar ese alter-ego. Quería ser aún más sigilosa con esto.
Entonces recordó a su amigo Kassir. Kassir era respetado en esa comunidad y un contribuyente regular a la Enciclopedia Yihadista. Él era lo suficientemente influyente como para lograr que la gente, mucha gente, descargara este archivo. Ella tenía acceso completo a su correo electrónico, pero no tenía acceso a su cuenta en el foro islamista radical. Lo estuvo observando durante meses para ver cómo se comportaba en los foros. [MÚSICA] Shannen decidió actuar como Kassir. Creó un nuevo nombre de usuario en el foro, igual al de Kassir, pero con un 1 en lugar de la “i”. Era una sola letra diferente, y lo hizo con la esperanza de que nadie lo notara. Diseñó el perfil del usuario para que se viera igual al de Kassir, y por supuesto, todo a través de un proxy. Shannen publicó como Kassir con un 1 en tres de los foros más populares. Simplemente dijo que el manual de explosivos dentro de la enciclopedia lo habían actualizado y que adjuntaba esta versión actualizada. La gente no notó la diferencia en los nombres de usuario. El engaño estaba funcionando. Los usuarios estaban haciendo clic y descargando el archivo, confiando en él porque parecía venir de Kassir, una figura de confianza en la comunidad. La Operación Whirlpool estaba funcionando. Ahora, no sé en dónde estaba el verdadero Kassir en ese punto, porque se quedó un poco callado alrededor del mismo tiempo. Abu Hamza, el predicador, estaba metiéndose en problemas, y eso pudo haber asustado a Kassir para quedarse bajo perfil por un tiempo. Así que ni siquiera estaba allí para haber notado esto o para advertir a la gente, y eso funcionó muy bien para Shannen y Brent.
El software que Brent escribió registraba las pulsaciones de teclas, direcciones de correo electrónico, información de contraseñas, y toda esa información podía utilizarse para ver lo que esas personas estaban haciendo en sus máquinas cuando no había nadie mirando. Así que, los dos estaban observando cómo subían las vistas de la publicación y cómo aumentaba el número de descargas de su archivo, esperando ver si alguien instalaba el programa. Brent lo había configurado para que todos los datos de la máquina del objetivo se subieran directamente a la base de datos para que pudieran ver lo que estaba sucediendo. Era una aplicación bastante ingeniosa. Así que observaban la base de datos, esperando actividad. De repente, apareció algo. Pescaron a alguien. Los datos comenzaron a aparecer en la base de datos, y más datos seguían llegando. Su malware se estaba instalando en algunas computadoras. Estaba funcionando. Pero ahora tenían que empezar a ordenar estos datos que llegaban. Estaban viendo contraseñas y nombres de usuario y tenían que averiguar para qué sitio era esto, y más cosas seguían llegando mientras trataban de ordenar lo anterior. Pronto se sintieron abrumados con los datos. Cada pulsación de tecla se enviaba, y podían ver la mitad de cada chat, correo electrónico, mensaje en el foro, incluso búsquedas en Google o comandos de videojuegos. Era una vista reveladora de quiénes eran los lectores de la Enciclopedia Yihadista. Un tipo de los que comenzaron a observar destacó por encima del resto. Se hacía llamar Samir. Realmente había capturado la atención de Shannen. Brent tenía una forma de desactivar el malware en las computadoras de las víctimas, y querían centrarse en Samir.
Así que desactivó el software en las computadoras de todos los demás para centrarse únicamente en lo que Samir estaba haciendo. Samir era un musulmán sunita de ascendencia palestina, y periodista de televisión respetado por su trabajo en Al Jazeera y Abu Dhabi TV. Incluso entrevistó a Osama Bin Laden en 1998. Pero lo que le intrigaba a Shannen sobre él era que parecía tener mucha información sobre Al-Qaeda. ¿Estaba conectado con ellos de alguna manera? No estaba claro, pero sospechaba que Samir podría estar trabajando para su enemigo y que podría conocer a Osama Bin Laden. Todo el ejército estadounidense estaba buscando a Osama, así que Shannen se concentró en Samir durante casi un año, interceptando y traduciendo todas sus comunicaciones. Fue muchísimo trabajo. Al mismo tiempo, Shannen comenzó a hablar con un tipo llamado Ayad Yolcu. Parecía conocer a personas que participaron en los ataques del 11 de septiembre. Para ese momento, Kassir seguía en silencio. Shannen podía seguir utilizando su nombre de usuario en el foro, y nadie había notado la diferencia entre el “1” y la “I”, por lo que continuó publicando como Kassir, atrayendo a ciertas personas y manteniendo chats privados con esa cuenta falsa. Shannen empezó a enviar mensajes a Ayad, haciéndose pasar por Kassir, y estaba funcionando bastante bien. También ayudó que podía confirmar que realmente era Kassir porque tenía acceso a su correo electrónico. Tras ganarse la confianza de Ayad, le envió el malware que Brent había creado y le pidió que lo revisara y lo abriera. Ayad lo hizo. Instaló el keylogger en su computadora, y ahora Shannen podía ver todo lo que él escribía y cada cosa que hacía él en su equipo. Cabe mencionar que Shannen tenía que desempeñar varios personajes, lo que significaba elegir sus palabras con mucho cuidado y de forma muy deliberada.
SHANNEN: Desde el 11S, me propuse aprender árabe, y todavía es un proceso en curso, pero es fascinante. Simplemente me encanta, es un desafío. Como mujer, por supuesto las identidades que he creado y utilizado en los diferentes sitios de internet a lo largo de los años han sido masculinas, de hombres yihadistas radicalizados. Así que obviamente, no podía hablar, ni chatear, ya sabes, oralmente con ninguna de estas personas. Así que todo lo que he hecho ha sido en escritura, traduciendo y leyendo, lo cual me ha servido bastante bien, ya que, al no ser una hablante nativa ni haber recibido una educación formal completa, he tenido, ya sabes, he practicado intensamente el idioma. Pero el poder simplemente leerlo y escribirlo, tomarme mi tiempo para construir mis respuestas, lo que quiero decir y cómo quiero proceder, con cualquier comunicación en la que esté trabajando, ha funcionado bastante bien el hecho de que no necesite hablarlo, porque, francamente, ¿con quién hablaría? Ellos no hablarían conmigo, así que… (se ríe)
JACK: Ella se sentaba frente a su computadora en el cuarto de computadoras de su casa en una zona rural de Montana, observando todos los mensajes que llegaban y viendo lo que la gente escribía. Estaba tratando de juntar todas las piezas, pero era muchísimo trabajo. Buscaba cualquier intención de causar daño para poder actuar al respecto. Ahora había una gran cantidad de datos, y solo era cuestión de encontrar la información correcta. Obviamente, lo que la gente dice en privado es mucho más serio que lo que publican en los foros o en los chats. Mientras la Operación Whirlpool seguía en marcha, Shannen continuaba explorando estos foros y salas de chat. Uno de los foros se llamaba Brave Muslims. Usualmente estaba lleno de actividad en árabe, pero en octubre de 2003, notó una nueva publicación en inglés. La publicación destacó de inmediato. El usuario decía llamarse Amir Abdul Rashid y estaba insinuando vínculos con Al-Qaeda, mencionando que tenía grandes planes. La parte de los “grandes planes” le resultó sospechosa. Shannen estaba muy curiosa sobre él. Rashid afirmaba ser un hermano desde el otro lado del mundo, pero que pronto estaría más cerca de ellos. Cuanto más evolucionaban los mensajes de Rashid, más inquieta se sentía. Continuaba hablando sobre desertar hacia el otro lado, lo que aumentaba sus sospechas.
Shannen sintió algo serio en su tono, así que le respondió diciendo que sus planes sonaban interesantes. Para ese momento, sus personajes estaban bastante bien establecidos, lo que facilitaba que él le creyera. Se hacía pasar por un reclutador y organizador de Al-Qaeda. Usó un tono autoritario y le dijo que se pusiera en contacto con ella para recibir órdenes sobre cómo proceder. Rashid no tardó en reaccionar. Estaba emocionado de ser contactado por un reclutador de Al-Qaeda y ansioso por poner las cosas en marcha. Cayó en la trampa de Shannen por completo. Le dijo que estaba a punto de entrar en la zona de guerra y que llevaría las armas del enemigo. Acababa de convertirse al Islam y estaba muy en contra de la guerra en Irak, que había comenzado en marzo de ese año, pero necesitaba dinero para llevar a cabo su brillante plan. Shannen le pidió más información, y lo que él le dijo le heló la sangre. Este tal Rashid era ciudadano estadounidense y miembro activo de la Guardia Nacional del Ejército de los Estados Unidos, específicamente de la Brigada 81. ¿Alguien en el ejército estadounidense planeando un ataque terrorista? ¿Contra qué? ¿Contra quién? ¿Cuándo? Esto no era nada bueno, pensó. Investigó más sobre él y logró averiguar su dirección IP y su correo electrónico, y a partir de ahí descubrió que el verdadero nombre de Rashid era Ryan Anderson.
Tenía veintiséis años y estaba estacionado en Fort Lewis, en el estado de Washington, justo a las afueras de Tacoma. Todas las alarmas internas de Shannen se dispararon. Esto era para lo que había estado trabajando, pero necesitaba mantener la calma y estar completamente segura de que él estaba planeando algo serio. Así que mantuvo la conversación en marcha. Descubrió que su brigada iba a desplegarse a Irak en unos meses. Cuando él dijo que estaría con ellos pronto, no estaba bromeando. Siguió hablando con él cada vez más, grabando todas las conversaciones. Él mencionó que le gustaban las armas, y que era francotirador maestro del ejército, con habilidades excepcionales. Aunque todo esto parecía muy urgente, Shannen también sabía que era un asunto muy delicado, por lo que procedió con mucha lentitud y meticulosidad. Al final no quería asustarlo. Continuó conversando con él durante dos meses completos, ganándose más confianza y recopilando más información. Aquí dejo que Shannen explique cómo sucedió todo.
SHANNEN: Se metió en una web, una web árabe hablando en inglés, así que inmediatamente, ya sabes, me llamó la atención. Pensé: aquí hablamos árabe, ¿quién es este tipo hablando en inglés? Y entonces, una de las primeras cosas que siempre hago es trato de determinar, hacia dónde podría llevarme su dirección IP, y si parece que hay algún otro elemento proxy. Y resultó… - lo rastreé directamente en Seattle. Lo tenía ubicado dentro de un radio de dos a cuatro cuadras en Seattle. Mientras seguía investigando, parecía que estaba en la Guardia Nacional de Estados Unidos y, en fin, resultó que se había convertido al islam después del 11 de septiembre y… Desde entonces, había estado buscando y radicalizándose y… Lo que estaba tratando era, desertar para pasarse a Al-Qaeda. Se ofrecía como comandante de tanques, las especificaciones clasificadas de los tanques Abrams, y ubicaciones de tropas y otras cosas, que él, me continuaba proporcionándo para demostrarme su valía ante quien él creía que era un operativo de Al-Qaeda, que era la identidad bajo la que yo estaba operando.
JACK: Eventualmente, Shannen reunió suficiente información para contactar a las autoridades federales. Fue primero al Departamento de Seguridad Nacional pensando que sabrían exactamente qué hacer, pero no la tomaron en serio. Intentó mostrarles evidencia, pero le dijeron: “Mmmm, ve y muéstrale al FBI”. Estaba indecisa porque no quería admitir que había sido ella quien se infiltró en estos foros y había obtenido toda esta información gracias a un malware que plantó en las computadoras de diferentes yihadistas. Así que no estaba tan segura de cuánto decir. Lo más importante era que no quería que su identidad en línea fuera asociada con su vida real como madre en Montana y jueza. Se montó en su carro, y condujo casi cien kilómetros hasta Great Falls para reunirse con un agente del FBI en las oficinas regionales, decidida a que la escucharan. Les contó todo, admitiendo todo lo que hizo para obtener esta información, con lujo de detalles. Con cada palabra que decía, el ambiente se volvía más tenso. El FBI la escuchaba atentamente. Tomaron su evidencia y se pusieron en acción. Llamaron a la base de misiles del ejército que estaba a unos kilómetros de distancia y contactaron a un oficial de inteligencia que quería saber más de Shannen. Así que tuvo que ir y presentar un informe sobre toda la situación. De alguna manera, se sintió aliviada al entregar todo esto. Sentía que estaba fuera de su manos. Ryan Anderson necesitaba ser detenido o al menos investigado, y estas eran las personas que podían hacerlo de manera adecuada.
Ella entregó todo y condujo de regreso a casa para dejar que ellos se encargaran. Pero unos días después, el FBI la llamó de vuelta con un plan. Querían hacerse pasar por un miembro de Al-Qaeda y reunirse con Ryan Anderson para ver si podían lograr que les confesara su plan de primera mano, pero aún no estaban listos. Necesitaban prepararse más para que esta operación encubierto tuviera éxito, así que le pidieron a Shannen que siguiera chateando con él, lo mantuviera cerca, vigilara lo que estaba haciendo y además organizara ella la reunión entre Ryan y el supuesto miembro de Al-Qaeda. Después de todo, ella estaba haciéndose pasar por reclutadora de Al-Qaeda y estaba en una posición ideal para informarle sobre esta supuesta reunión. El FBI en Montana contactó al FBI en Seattle, y estos a su vez se pusieron en contacto con la Army Intelligence Agency, la Agencia de Inteligencia del Ejército en Fort Hood, Texas, para coordinar el plan. Mientras tanto, Ryan estaba en Seattle, completamente ajeno a todo lo que el FBI estaba organizando en su contra. Sin embargo, comenzó a ponerse nervioso. Cuando Shannen le habló de la reunión, se emocionó. A medida que la fecha de la reunión se acercaba, su entusiasmo crecía. Estaba ansioso. Quería que la reunión ocurriera antes de lo planeado y estaba decidido a encontrarse con alguien de Al-Qaeda en Seattle antes de ser desplegado a Irak. Empezó a presionar a Shannen para que lo hiciera más rápido, y ella tuvo que ganar tiempo para que el FBI y la inteligencia del ejército se prepararan para la operación encubierta. La paranoia de Ryan comenzó a apoderarse de él. Una reunión pendiente con Al-Qaeda puede ponerte así. Ryan comenzó a preocuparse de que alguien pudiera descubrir todo esto, así que le dijo a Shannen: “Escucha, necesitamos ser cuidadosos con esto. No quiero que nos atrapen. Lo que deberíamos hacer es crear nombres falsos y usarlos a partir de ahora”. Ella respondió: “Oh, está bien, es una buena idea”. Y él continuó: “Sí, pero no solo usemos nombres falsos. Creemos toda una historia de fondo el uno para el otro, para que parezca perfectamente normal que tengamos estas conversaciones, y usemos palabras en código para ciertas cosas también”. Ella, aparentando sorpresa, dijo: “Oh, vaya, realmente quieres ser cuidadoso y has pensado mucho en esto. De acuerdo, genial, estoy de acuerdo”. Para ese momento, Shannen era una experta en asumir identidades falsas en línea, así que esto era solo una página más en su libreta. Comenzaron a fingir que eran viejos amigos de la universidad chateando por correo electrónico. Shannen se convirtió en George, y Ryan Anderson empezó a llamarse Andy. Lo que Ryan no entendía era que estaba tratando de esconderse en una pecera cada vez más pequeña.
Shannen estaba viviendo una vida doble loquísima. Era madre, esposa y jueza de la corte, cumpliendo con deberes sumamente importantes. Pero, al mismo tiempo, estaba intentando frustrar ataques terroristas, literal, llevando a cabo operaciones de contraterrorismo por su cuenta, infiltrándose en foros y salas de chat mientras actuaba como una yihadista.
¿Cómo priorizar las cosas, no? Shannen intentaba encajar su vida online con su vida real, cambiando constantemente entre personalidades. Durante todo este tiempo, aún no le contaba a su esposo Randy sobre sus cruzadas en línea. Se levantaba temprano, antes de que todos los demás despertaran, y bajaba al cuarto de la computadora para hacer todo esto por su cuenta. Tenía cuadernos y cuadernos llenos de secretos. Ryan Anderson, o mejor dicho, “Andy” ahora, seguía diciendo que tenía un gran plan, pero no le decía a Shannen en qué consistía. Ella sospechaba que sería un ataque terrorista. Ryan mencionó que necesitaba dinero en efectivo para llevar a cabo su plan, pero ¿para qué usaría el dinero? Shannen no lo sabía. ¿Quizás para comprar explosivos o armas? Ella le dijo que podría enviarle algo de dinero, pero solo si él revelaba más información primero. Necesitaba detalles sobre el plan. Ryan hablaba mucho de su plan, de lo efectivo que sería y de lo orgulloso que estaba de ello, pero se estaba frustrando con lo mucho que estaba tardando en concretarse. Shannen, aprovechando esa frustración, usó el dinero como un anzuelo para intentar que él admitiera los detalles de su plan. Y finalmente, funcionó.
Ryan cedió y comenzó a explicar su plan en detalle. De hecho, estaba tan emocionado que todo salió casi de golpe. Habló sobre armas, tácticas y ubicaciones en Irak, además de planes relacionados con los tanques del ejército estadounidense. Resumiendo, su plan consistía en matar soldados americanos. Era un plan elaborado, detallado y honestamente, devastador. Ryan planeaba entregar información clasificada a fuerzas enemigas, información que ponía en grave peligro la seguridad de los soldados estadounidenses una vez desplegados en Irak. Claramente, buscaba causar daño y caos. Incluso llegó a expresar cómo lastimaría a cualquiera que intentara detenerlo o capturarlo. Todas sus declaraciones y planes fueron rápidamente entregados al FBI, que sabía que era hora de llevar a cabo la operación encubierta y arrestar a Ryan con pruebas de primera mano. Así que, se organizó una reunión para el 3 de enero de 2004. Shannen le dijo a Ryan que el agente del FBI, quien fingía ser miembro de Al-Qaeda, estaba listo para reunirse con él y le indicó que la ubicación sería una librería Barnes and Noble en Seattle. Finalmente, llegó el día de la reunión. Ryan y el agente del FBI entraron casualmente en la librería y actuaron como compradores que ojeaban libros. Se encontraron y comenzaron a conversar entre las estanterías.
Poco sabía Ryan que, ocultas entre los libros, había cámaras y micrófonos que estaban grabando toda su conversación. Ryan entregó a los agentes copias escaneadas de su identificación y mucha información clasificada sobre los tanques del ejército estadounidense y las ubicaciones de las tropas en Irak. Se había incriminado seriamente. Esta información tenía como objetivo causar la muerte de soldados estadounidenses, pero los agentes no lo arrestaron en ese mismo momento. Después de todo, su unidad aún no se desplegaba a Irak, por lo que no había una urgencia inmediata. En lugar de eso, querían ver si podían obtener más información de él, así que programaron una segunda reunión para descubrir qué más podía revelar.
Al día siguiente, el enfoque de Shannen cambió nuevamente hacia Samir, el periodista sospechoso en cuya computadora había instalado un key-logger, y notó que estaba enviando correos electrónicos sobre una nueva base. ¿Una pista de aterrizaje para transportar personas a Pakistán para campamentos de entrenamiento de combatientes? Luego llegó un correo electrónico con un archivo adjunto en árabe de cuatro páginas. Shannen pasó horas traduciéndolo y descubrió que contenía detalles sobre dónde estaban estacionadas las unidades talibanes y de Al-Qaeda a lo largo de la frontera afgana. Mientras Ryan tenía información sobre dónde estarían las tropas estadounidenses, Shannen ahora tenía información sobre dónde se estaban estableciendo las bases de Al-Qaeda. Es algo increíble que haya conseguido este nivel de inteligencia.
Así que envió la información al FBI, segura de que era valiosa y de que el ejército estadounidense necesitaba saberlo, y tenía razón. Las fuerzas estadounidenses pudieron usar esa inteligencia en su favor en Afganistán. El FBI le pidió que se presentara en sus oficinas, y Shannen dejó todo y se apresuró a presentarse. Los agentes estaban listos para arrestar a Ryan, y ella estaba emocionada. El 12 de febrero de 2004, Ryan Anderson fue arrestado en Seattle. Fue una operación conjunta entre el FBI y la inteligencia del ejército estadounidense. Ryan lo negó todo. Todavía pensaba que sus conversaciones con Shannen eran reales, pero al ver las pruebas en su contra, se dio cuenta de que ella no era quien decía ser. Ahora enfrentaba cargos por terrorismo. Aunque el FBI obtuvo pruebas directas de él, Shannen fue la testigo estrella del caso. Ella fue quien lo descubrió y recopiló una gran cantidad de datos sobre él. El FBI quería que Shannen testificara en su audiencia del Artículo 32, que es algo así como el equivalente a un gran jurado. Se lleva a cabo para determinar si hay suficiente evidencia para justificar un consejo de guerra. Esto era algo que ella no quería hacer en absoluto. Temía exponerse, vinculando su identidad en línea con su vida real. El FBI le aseguró que sería un tribunal cerrado. Nadie fuera de ese ámbito sabría nada. Su identidad y su participación estarían protegidas.
Esa garantía fue lo único que la tranquilizó, pero sabía que tenía que contarle a su esposo lo que estaba pasando, así que se sentó con él y le confesó que había estado actuando como Abu Zeida en línea. Le explicó que tenía acceso a los correos electrónicos de Kassir, que había estado haciéndose pasar por él, instalando malware en las computadoras de yihadistas, manteniendo largas conversaciones con ellos, aprendiendo árabe y, en último lugar, deteniendo un ataque contra las tropas estadounidenses, logrando que arrestaran a alguien y convirtiéndose en testigo estrella.
Randy estaba bastante atónito. ¿Que había hecho qué? Estaba impresionado, pero también preocupado. Las personas en las que se estaba infiltrando eran obviamente peligrosas, así que comenzó a preocuparse por la seguridad de Shannen y la de su familia. Ambos estaban realmente inquietos ante la posibilidad de que sus identidades personales se expusieran en este caso. El 4 de mayo de 2004, Shannen voló desde Great Falls, Montana, a Seattle, y luego condujo una hora hacia el sur hasta la base militar de Fort Lewis, donde se celebraría el juicio. Aunque estaba familiarizada con los tribunales, siendo jueza municipal, nunca antes había testificado en uno. Así que estaba algo nerviosa, especialmente al enfrentarse a Ryan y admitirle lo que había hecho. Aunque se sentía bien con sus acciones, siempre da miedo enfrentar a la persona que ayudaste a arrestar.
Pero mientras estaba allí, descubrió que los medios de comunicación se estaban instalando en la galería pública del tribunal. Estarían tomando notas durante el caso. Luego se reunió con el equipo de la fiscalía, y su inquietud aumentó aún más. A pesar de ser su testigo estrella, el fiscal principal no parecía que le agradara mucho. Dejó bastante claro que proteger su identidad no era algo que a él le interesara en lo absoluto. De hecho, opinaba que, dado que Shannen era jueza, eso le daría más credibilidad a su testimonio. Así que quería que explicara al jurado quién era tanto en línea como fuera de ella. Todo esto disparó sus nervios. Era como, “Espera un momento; eso incluye mi nombre real, mi dirección, mi trabajo, todo.” Y más que eso, las identidades falsas que había estado usando también iban a ser expuestas. La idea de exponerse de esa manera la aterrorizaba. En el estrado, el juez estuvo de acuerdo con el fiscal en que su identidad real debía ser explicada ante el tribunal. Ahora estaba en una situación bastante complicada. Hizo todo este trabajo y viajó hasta allí para testificar, y ahora la única forma de hacerlo era exponerse. Pero, ¿qué era más importante para ella? ¿Llevar a este hombre ante la justicia o protegerse a sí misma? Todo sucedió tan rápido, y finalmente le contó todo al tribunal.
El taquígrafo documentó cada palabra, y los medios de comunicación tomaron notas meticulosamente. En cuestión de horas, su nombre real apareció en televisión como el testigo sorpresa de este caso. Los medios imprimieron su nombre real, su nombre encubierto, y las direcciones de correo electrónico que usó para comunicarse con Ryan Anderson, que en realidad era la dirección de Kassir. Todos sus detalles quedaron expuestos. Los peores temores de Shannen y de Randy se hicieron realidad: su nombre real estaba ahora asociado públicamente con alguien que había estado enfrentándose a yihadistas en línea. ¿Qué consecuencias reales tendría esto? Bueno, su presencia en línea quedó arruinada. El nombre en línea de Kassir era “Abu Kadaji”, y ahora tanto su nombre como su alias estaban quemados. Nadie volvería a confiar en ese nombre, y también descubrieron el “1” en el nombre que ella usaba en las publicaciones del foro. Le tomó años construir estas personalidades e infiltrarse en los círculos internos del extremismo islámico, y todo se vino abajo después de un testimonio. El malware que había plantado comenzó a ser descubierto en las máquinas objetivo. Samir, el periodista que tenía toda esta información interna sobre lo que Al-Qaeda estaba haciendo, se dio cuenta de ella y de sus intentos de espiarlo. La gente estaba furiosa con ella, muy furiosa. Su situación se volvió mucho más seria.
SHANNEN: Después del procedimiento del Artículo 32, la oficina de prensa de Fort Lewis divulgó la identidad encubierta que estaba usando en ese momento, la cual también se estaba utilizando en otros casos en curso, y eso se publicó en el periódico así que, todo el mundo sabía que Shannen Rossmiller era, ya sabes, Khadija1417, y a partir de ahí, comenzaron a llegar amenazas, y tuve que hacer cambios, ya sabes, para mi familia, y para mi carrera. Me preocupaba ser juez titular en ese momento. Estaba muy segura de que lo que estaba haciendo no era antiético, pero aun así no había nada, no existía un precedente para algo así. Tratar de proteger y equilibrar ambas cosas se convirtió en otro problema. Pero, algunas personas me han preguntado, ¿por qué no te rendiste entonces? ¿No fue demasiado? Pero yo no me rindo. No iba a dejarme derrotar por eso así que solo tenía que aprender a reestructurar mi vida y vivirla, y seguir adelante haciendo lo que hago, porque he visto la importancia de esto. Sé la importancia de esto, y simplemente, no puedo; simplemente no puedo dar un paso a un lado solo por amenazas, así que haré los ajustes que necesite.
JACK: Es impresionante. Al-Qaeda está amenazando su vida, colocándola en su lista de enemigos, está completamente expuesta y ella simplemente dice: “no me rindo”. Es impresionante. Es una mujer valiente y con determinación. Semanas después de su comparecencia en la corte, dejaron un mensaje en su tribunal. Con un fuerte acento y un inglés un poco roto, una voz masculina le dijo al secretario que le dijera a Shannen que ahora sabían quién era. Al marcar el número de vuelta, se reveló una ubicación en Toronto. El FBI instruyó a las autoridades locales para que le brindaran protección por un tiempo.
Ryan Anderson fue declarado culpable de proporcionar ayuda al grupo terrorista Al-Qaeda. Lo degradaron de E-4 a E-1 y le dieron una baja deshonrosa, lo que significó que perdió todos sus beneficios militares. La fiscalía quería imponerle la pena de muerte por lo que hizo. Quería matar a muchos soldados estadounidenses. Pero la corte rechazó la pena de muerte. Así que la fiscalía intentó que Ryan fuera sentenciado a cadena perpetua. Shannen fue citada para testificar nuevamente en la sentencia. No esperaba que fuera bien, y no lo fue. El 30 de agosto, Shannen llegó al tribunal y estaba en la fila para los controles de seguridad para ingresar al edificio. Cuando pasó por el escáner, comenzaron a sonar todas las alarmas. Estaba confundida, pero la llevaron a una sala trasera, y dice que la registraron desnuda. Fue humillante porque sabía que no llevaba nada. Cuando finalmente entró al tribunal, sus nervios estaban aún más destrozados. Su testimonio duró cinco horas en total.
Es mucho tiempo en el estrado. Ella detalló todo lo que hizo en línea y cómo lo hizo. Sí, así que todas las comunicaciones con Ryan, todo fue revelado. Solo quería que terminara, y se sintió aliviada cuando finalmente pudo salir del tribunal ese día. Pero al caminar hacia su coche, estaba rodeado de personas, personas con trajes blancos de materiales peligrosos, con capuchas y máscaras. Estaban inspeccionando su coche. Le dijeron que los perros del escuadrón antibombas habían detectado residuos de explosivos en la manija de la puerta y el maletero. Ella simplemente los miró como diciendo, ¿qué? Los medios lo filmaron todo mientras ella simplemente se quedó allí, sin saber qué hacer o qué pensar. La policía la llevó de regreso a su hotel, y el equipo forense vino con ella para revisarlo. También querían registrar todas sus pertenencias y ponerla en una habitación de hotel diferente, una que no estuviera a su nombre. Nadie sabía cuán seria era esta amenaza. ¿Había una intención real de matarla o solo intimidarla? Fuera lo que fuera, todo esto le afectó muchísimo, pero tenía que seguir adelante. Unos días después, el 3 de septiembre, regresó al tribunal para presenciar las ceremonias de clausura, y poco menos de cinco horas después, el jurado devolvió veredictos de culpabilidad en todos los cargos, y Ryan Anderson fue sentenciado a cadena perpetua.
Wow. Lo logró. Todo terminó. Detuvo un ataque terrorista. Salvó vidas. Realmente lo había hecho. Ese tipo era peligroso, era radical y estaba empeñado en causar daño y destrucción a las tropas estadounidenses en Irak. Si no fuera por ella, seguramente habría habido muertes. Se sentía genial. Quiso hacer algo y lo hizo, pero tuvo un costo. Ahora su vida estaba en peligro. Así que regresó a su casa en Montana, constantemente preocupada de si había un ataque inminente planeado contra ella. Por un tiempo, fue más difícil dormir por las noches. La magnitud de lo que había hecho comenzaba a asimilarse. Seguía recibiendo amenazas en línea, pero eran solo palabras. Día tras día pasaba, y todo estaba bien en su vida real. Su vida comenzó a volver a la normalidad. Septiembre, octubre, noviembre pasaron. La vida fue algo tranquila. Las cosas se estaban calmando.
Diciembre llega y comienza a planificar la Navidad. Sus tres hijos también están muy emocionados. El 5 de diciembre, que era un domingo, Shannen fue despertada muy temprano por unos fuertes golpes en la puerta principal. Corrió hacia la puerta, y cuando la abrió, dos policías se sobresaltaron al ver que alguien abría la puerta. Parecían sorprendidos de verla. Ella, sin duda, también se sorprendió al verlos. Le preguntaron: “¿Es usted Shannen Rossmiller?” Ella dijo que sí. Luego preguntaron: “¿Dónde está su coche? Ella respondió: en el garaje. ¿Por qué?” Ellos dijeron: “¿Podemos verlo?” Ella salió con ellos y abrió la puerta del garaje. A medida que la puerta se levantaba, notó que su coche no estaba en el garaje.
Ahora fue ella quien se sobresaltó al darse cuenta de que el coche no estaba. Los oficiales asintieron y le explicaron lo que estaba pasando. Más temprano esa mañana, la policía del condado vecino había encontrado un Pontiac Grand Prix 2001 en una zanja. No había nadie alrededor, y cuando revisaron las placas, el coche estaba registrado a nombre de Shannen Rossmiller. Pero eso no era todo: el coche tenía cinco agujeros de bala. Sí, agujeros de bala. Habían sido hechos con un arma calibre .38. Junto con los oficiales en su casa, reconstruyeron lo que debió haber ocurrido. Mientras ella dormía arriba junto con su esposo y sus tres hijos, alguien había entrado a la casa, robado las llaves del coche que estaban dentro, y luego empujado el Pontiac silenciosamente fuera del garaje antes de llevárselo conduciendo. Esto realmente conmocionó a Shannen. Ella sabía que las personas con las que interactuaba en línea eran muy peligrosas, capaces de llevar a cabo los ataques terroristas más horrendos, y estuvieron en su casa mientras dormía, anoche.
Aterrorizada, Shannen no tenía idea de quién lo había hecho, pero de inmediato sospechó que era una venganza por haber logrado que Ryan fuera arrestado y por traicionar a la comunidad terrorista en línea. Ella se había convertido en un objetivo, y ellos sabían dónde vivía. Ahora, si fuera yo, probablemente me hubiera ido de la ciudad por un tiempo o tal vez me mudaría permanentemente, pero Shannen no. Ella decidió resistir. Salió y compró un arma propia, instaló un sistema de seguridad y mejoró las cerraduras de su casa.
Este era su territorio, y ella iba a cuidarlo y a protegerlo. Sin embargo, toda la familia estaba preocupada, preguntándose qué vendría después. Claramente, los agujeros de bala en el coche eran una amenaza de que ella podría ser la siguiente. Pero ya ves como es Shannen; ella no se rinde. De hecho, esto le hizo pensar que lo que estaba haciendo realmente estaba funcionando. Llegó 2005 y todavía bajaba al cuarto de computadoras por la mañana para mantenerse al día con lo que sucedía en estos foros de mensajes, y en parte también para vigilar si alguien estaba hablando de ella, ¿sabes? Ahora estaba usando nuevas identidades, ya que las antiguas habían quedado expuestas. Es otoño del 2005, y aunque sigue recibiendo amenazas en línea, no hubo más sustos en persona desde entonces. El 25 de octubre, se topó con una nueva publicación que llamó su atención. La miró detenidamente y reflexionó profundamente sobre ella. En un grupo de mensajes de Yahoo llamado “Osama Bin Laden Crew”, apareció un nuevo usuario. Longtermonly2 estaba lanzando toda esta retórica extremista islámica, y luego anunció que tenía un gran plan en el que estaba trabajando y necesitaba ayuda para llevarlo a cabo. Al igual que Ryan, el mensaje estaba escrito en un inglés un poco roto y publicado en un foro principalmente en árabe. Se preguntó si esto podría ser un plan de ataque terrorista en desarrollo y quiso saber más.
Longtermonly2 era estadounidense y expresaba lo furioso que estaba porque Estados Unidos tuviera tropas en Afganistán e Irak. Odiaba la política exterior estadounidense y planeaba interrumpirla, forzando un retiro masivo de tropas. Shannen leyó esto pero no interactuó. Este foro mostraba las direcciones IP de los usuarios, y vio que la IP de este sujeto se podía rastrear hasta un servidor en Assumption College en Bangkok, Tailandia. Todo era, bueno, curioso.
Shannen leyó todo esto como un zorro observando silenciosamente a su presa. Unas semanas después, longtermonly2 volvió, desesperado por que alguien le respondiera. Durante días había estado publicando mensajes para tratar de convencer a cualquiera que lo leyera de que su plan era una gran oportunidad, pero que necesitaba ayuda. Ella pudo ver esos encabezados de los mensajes, y ahí, enterrado en el encabezado, había un nombre: Michael Reynolds. Okey. Sintió que este tipo era importante y que necesitaba saber más. Este sujeto hablaba de un gran plan. ¿Era un plan para causar daño y muerte como el que Ryan había planeado? Así que decidió actuar en consecuencia. Esta vez, sin embargo, no podía actuar como Kassir, ya que ese nombre estaba expuesto. Entonces comenzó a revisar todas sus identidades. Recordó una de las primeras que había creado, Abu Zeida. Esta no había sido mencionada en los documentos judiciales. No se utilizó en el caso de Ryan Anderson en absoluto, así que nunca la mencionó a nadie. Estaba limpia. Entonces volvió a entrar a esa cuenta, y en este punto, tenía años de antigüedad en el foro. Perfecto, porque es más fácil acercarse a alguien cuando tu cuenta ya está establecida en lugar de ser una recién creada.
También recordó que esta identidad de Abu Zeida había intentado conectarse con el Ejército de los Justos, una organización militante yihadista en Pakistán. Incluso afirmó en algún momento que su identidad había estado involucrada en algunos de los hackeos realizados por este grupo. Su árabe ahora era mejor que nunca; al menos, para un hablante no nativo, era aceptable. Bien, esto podría funcionar si le enviaba un mensaje desde la cuenta de Abu Zeida. Shannen volvió a estar en su modo encubierto total. Sin embargo, no quería interactuar directamente con él. Conocía las tácticas. Si de alguna manera lograba que él la contactara a ella primero, sería mucho más efectivo que ella iniciando la conversación. Durante las siguientes semanas, se mantuvo activa en el foro donde Michael Reynolds publicaba. Estaba publicando como Abu Zeida, diciendo cosas que pudieran atraer el interés de Michael. Michael la notó y comenzó a identificarla como alguien que podría ayudarlo. Cayó directamente en su trampa. La contactó directamente y le dijo que necesitaba dinero para financiar su plan. Ella le respondió: “Hablemos de forma más segura, donde podamos comunicarnos desde la carpeta de borradores de un correo electrónico”, justo como lo había hecho con Kassir. Él aceptó, y juntos configuraron una nueva bandeja de correo compartida para enviarse mensajes desde allí.
Michael le dijo cuánto dinero necesitaba para llevar a cabo su plan: $80,000. Shannen estaba como, “mm-hm, sí, sí, sí, continúa”. Pero, mientras tanto, estaba revisando los registros de la cuenta de correo electrónico para verificar desde qué IP se estaba conectando. Originalmente se conectaba desde Tailandia, pero ahora Shannen ve que lo hace desde Wilkes-Barre, Pensilvania. Ahora tenía suficiente información para comenzar a construir un expediente sobre él. Michael Curtis Reynolds, de cuarenta y siete años, estadounidense y dado de baja del Ejército de los EE. UU. Tenía varios problemas financieros y un historial criminal. Dos años después de graduarse de la escuela secundaria en Nueva York, intentó explotar la casa de sus padres. Wow, eso es bastante extremo. Tenía una ex-esposa, tres hijos, entrenamiento en artes marciales, armas y explosivos. Este tipo era un cable suelto y podía ser una amenaza muy seria.
Entonces, Shannen quería mantenerlo enganchado para tratar de escuchar más sobre ese plan, pero él estaba reacio a contarle todo el plan o más detalles. Así que ella sube el nivel: le dice que tiene contactos listos para movilizarse por todo EE. UU., en Pensilvania y Georgia, y que tienen mucho dinero disponible. Él responde algo como: “sí, está bien, bueno saberlo”. Pero ella revisa su IP nuevamente, y ahora se está conectando desde Pocatello, Idaho. Estaba en movimiento. Ella empieza a conectar los puntos. Espera, ¿estuvo en Tailandia, luego en Pensilvania, y ahora en Idaho? Idaho está a un estado de distancia de Montana, donde ella estaba.
Ella empieza a ponerse paranoica. ¿Estaba viniendo por ella? Él también tenía acceso a esa cuenta de correo electrónico y podría comprobar la IP desde donde ella se conectaba. ¿Había visto alguna conexión desde Conrad, Montana? Eso le podría haber alertado de inmediato de que estaba hablando con Shannen Rossmiller, y no con Abu Zeida. Shannen verifica todo tres veces: sus servidores proxy, los registros del correo electrónico, toda su seguridad operativa, y todo parecía estar en orden. O al menos, eso cree. No puede encontrar errores que hubieran revelado su identidad. Se siente algo aliviada, pero ¿por qué está él en Idaho?
Ella presiona más. Le dice nuevamente que hay algunas personas en movimiento, que tienen dinero en efectivo, pero que no están interesadas en darle ni un centavo a menos que sepan primero cuál es su plan. Así que él se abre. Le cuenta que su gran plan es atacar la producción de combustible en los EE. UU.
Ese año, 2005, el huracán Katrina azotó la costa, y fue una tormenta devastadora. Parte de la destrucción incluyó la interrupción de la producción de combustible durante dos días. Estamos hablando de que el 90% de la producción de petróleo en la Costa del Golfo quedó paralizada, lo que resultó en precios de gasolina disparados a niveles estratosféricos. Michael Reynolds había observado todo esto, y para él, fue una lección sobre cuán vulnerable era la producción de combustible de los Estados Unidos. De ahí surgió su plan: recrear lo que el Katrina le hizo al suministro de combustible, pero a una escala mucho mayor. Le explicó el plan: iba a explotar múltiples sitios de producción y el oleoducto Trans-Alaska, uno de los mayores oleoductos del mundo.
Él explicó que si lograba hacer todo esto, no habría forma de cambiar fácilmente a ningún respaldo, y los Estados Unidos se paralizarían. Ahora bien, este oleoducto de Alaska es enorme, realmente masivo. Se extiende por Alaska por más de 1200 kilómetros. El plan de Michael era interrumpir el servicio nacional de combustible durante semanas. Quería provocar disturbios en una escala tan alta que se tuviera que llamar a la Guardia Nacional para calmar el caos civil. Shannen estaba muy preocupada, pero lo mantuvo hablando, y él continuó revelando más detalles. Su plan se volvía cada vez más descabellado. En el punto álgido de estos disturbios, él planeaba hacer una declaración diciendo que todo esto sucedió porque los EE. UU. tenían tropas en Irak. Pensaba que el pueblo estadounidense exigiría colectivamente la retirada militar de Irak. Incluso tenía todo un plan de comunicación diseñado para enviarlo a la prensa, exponiendo al gobierno y demás.
Shannen se dio cuenta de que estaba loco, pero también que era potencialmente muy peligroso. Su idea incluía explotar autobuses y camiones cerca del oleoducto para causar el mayor caos posible. Ahora estaba hablando con Shannen, quien él creía que era parte de Al-Qaeda, para obtener el dinero necesario para llevar a cabo su plan. Estaba tan orgulloso de su gran idea y pensaba que era asombrosa y que estaba bien elaborada. Shannen no dudó. Tan pronto como él confesó todo esto, ella corrió a informar al FBI. Michael Reynolds se convirtió inmediatamente en una persona de interés para ellos. Representaba una gran amenaza para los Estados Unidos. Su enlace del FBI, Mark, le sugirió que redactara un mensaje final para Michael antes de que intervinieran. Así que Shannen siguió las instrucciones del FBI y le dijo a Michael que le darían la mitad del dinero ahora y la otra mitad después, pero que tenía que contarle absolutamente todo. Michael Reynolds estuvo de acuerdo y reveló aún más detalles de su plan.
Para empezar, él explicó que estaba en Idaho porque estaba investigando la refinería de gas natural Williams en Opal, Wyoming, una enorme planta de producción de combustible, y tenía en mente este lugar como su primer objetivo. Dijo que sería mucho más fácil atacar aquí que al Oleoducto de Alaska, que era su plan inicial. Añadió que, una vez que recibiera la mitad del dinero, revelaría el resto del plan. Shannen se dio cuenta de que, si este hombre estaba viajando por el país investigando instalaciones petroleras, sus planes eran mucho más serios de lo que ella había pensado inicialmente. El FBI le dijo a Shannen que estaban listos para la operación encubierta. Le indicaron que le dijera a Michael cuándo recoger los $40,000. Ella le dio los detalles, y la trampa estaba lista. La fecha era el 5 de diciembre de 2005. Michael Reynolds seguía en Idaho y se despertó en el Thunderbird Hotel en Pocatello, un hotel de dos estrellas. Hacía un frío helado. Había nieve en el suelo. Se le había dado la instrucción de dirigirse por la I-15 y, justo después del marcador de milla 100, habría un área de descanso con una bolsa roja esperándolo allí. Michael subió al auto y empezó a manejar. Estaba ansioso, emocionado y nervioso al mismo tiempo, pensando en su plan y en el dinero: $40,000. Pasó por la ciudad y salió hacia la I-15, y el primer marcador de milla que vio fue el 72. Faltaban 28 millas para tener el dinero en sus manos.
Qué emocionante. Él sigue conduciendo. No hay nada en esta área de Idaho, ni bosques ni montañas. Es bastante plano, y el paisaje invita a mirar hacia el horizonte y reflexionar en grande. Es una carretera de cuatro carriles, un trayecto agradable y fácil. La carretera estaba despejada, pero todo lo demás estaba cubierto de nieve blanca. Pasa por el río Snake, por algunos pueblos pequeños y tierras de cultivo. Llega al marcador de milla 100, ve el área de descanso y se detiene. Le dijeron que buscara una bolsa roja. Sale de su auto y mira alrededor. Hay algunos camiones semirremolques y coches estacionados allí. Ve una mesa de picnic y algo rojo debajo de ella. Se acerca. Es una bolsa roja. Esta debe ser la bolsa con el dinero. Va a recogerla, pero mientras está concentrado en la bolsa, no nota que el FBI se le acerca por detrás. Lo rodean y lo tiran al frío y nevado suelo antes de que pueda darse cuenta de lo que está pasando.
De camino a ser interrogado, empezó a hablar. Insistía en que solo estaba actuando y que en realidad no iba a hacer explotar nada; que estaba tratando de obtener información sobre este tipo Abu Zeida para reportarlo al FBI. Michael insistía en que él era el que trabajaba encubierto, que era inocente, y decía: “Vayan a arrestar a Abu Zeida; él es el verdadero terrorista aquí”. Michael decía que podía probarlo. Fue retenido en la cárcel hasta la fecha de su juicio y estaba enfurecido por todo. Incluso escribió una carta al juez. Este tipo estaba empeñado en irse a casa. Le dijo al juez que simplemente lo absolviera y terminara con esto, pero el juez no le hizo caso y fijó una fecha de juicio para julio del 2007, casi dos años después de su arresto. Shannen fue llamada a testificar en el juicio de Michael.
Ella lo esperaba y estaba más preparada esta vez que durante el juicio de Ryan. Lo que no esperaba era cómo su cuerpo iba a ponerla a prueba durante esos días en el estrado. La noche anterior, voló a Scranton, Pensilvania, donde se llevaba a cabo el caso. Esa misma noche comenzó a sentirse bastante mal. En el primer día de su testimonio, hizo un buen trabajo en el estrado, pero para el segundo día apenas podía caminar.
Estaba fatigada, vomitando, y llegó a notar sangre. Ahora estaba asustada. Pero estaba decidida a cumplir con lo que había ido a hacer. Mark, el agente del FBI, estaba allí para apoyarla. De alguna manera logró completar otro día completo de testimonio, incluyendo el contrainterrogatorio por parte del abogado de Michael. Cuando terminó, tomó un vuelo de inmediato a casa para alejarse de todo. Pero las cosas solo empeoraron. Al llegar a casa, no pudo soportar más esta enfermedad y fue a la sala de emergencias. Los médicos encontraron una úlcera sangrante y dos cálculos renales. ¡Wow! Era sobrecogedor, pero recibió tratamiento y volvió a casa para recuperarse. Mientras se recuperaba, sabía que tenía que cambiar la forma en la que ella trabajaba. El estrés y la ansiedad por el juicio debieron haber sido tan intensos que desencadenaron todos estos problemas de salud. Era demasiado.
Durante su juicio, Michael subió al estrado para testificar en su propia defensa. Mantuvo su versión de que él era quien estaba trabajando encubierto, pero no funcionó. Al jurado solo le tomó cuarenta y cinco minutos regresar con veredictos de culpabilidad en cinco de los seis cargos en su contra. Fue declarado culpable de intentar proporcionar apoyo material y recursos a una organización terrorista extranjera y además de posesión de un dispositivo explosivo. Michael Reynolds fue condenado a treinta y cinco años en una prisión federal. Ese viaje por Idaho fue la última vez que probó la libertad, y me pregunto si ha revivido ese trayecto miles de veces en su mente desde entonces.
Bueno, Shannen Rossmiller logró llevar a la corte dos casos de alto perfil. En ambos los acusados fueron declarados culpables. Los eventos del 11 de septiembre de alguna manera la convirtieron en una contraterrorista ciudadana, una espía cibernética. Estaba haciendo su parte para tratar de evitar otro 11 de septiembre, y lo logró. Imagina si ese tipo hubiera hecho explotar todas esas instalaciones petroleras y causado una emergencia nacional. Fue gratificante, sin duda, pero, carajo, el estrés realmente estaba afectándola.
En julio de 2006, Shannen consiguió un trabajo en la oficina del fiscal estatal en Helena, a unas dos horas de su casa en Conrad. Estaba viajando mucho entre Helena y Conrad. Randy y los niños estaban en casa en Conrad, y era un viernes, y ella planeaba regresar a casa para pasar el fin de semana con ellos. Pero el Departamento de Policía de Conrad la llamó por teléfono, y el oficial le contó una historia increíble.
Los niños están bien, Randy está bien, pero algo extraño ocurrió. Anoche a las 10:00 p.m., alguien llamó al 911 y reportó un accidente. La patrulla fue a investigar. Estaba a 40 kilómetros al norte de Conrad, en un camino de tierra cerca de la frontera con Canadá. Había un camión de alquiler Ryder que había encajado la parte de enfrente en un pequeño barranco. El camión estaba gravemente destrozado, golpeado y claramente había pasado por un grave accidente. Había cuatro hombres en el camión. Los cuatro estaban heridos y tuvieron que ser llevados al hospital, dos de ellos bastante graves. Sin embargo, en el hospital se negaban a recibir tratamiento, diciendo algo sobre manos impuras. La policía los interrogó. Ellos decían que venían de Canadá. Los agentes preguntaban por dónde cruzaron desde Canadá, y ellos respondieron que por algún camino de grava, lo que sonaba a que no habían pasado por un puesto de control oficial. Cada uno tenía visas estadounidenses, pero eran de diferentes países, y todos llevaban cinturones de castidad masculinos. Todo era muy extraño. Los policías revisaron el camión y encontraron GPS, dispositivos electrónicos, laptops, teléfonos, rastreadores, baterías extra, montones de cables, teclados, monitores, ratones, y mucho equipo tecnológico avanzado. Creo que también había algunas antenas, y encontraron varias armas desmontadas en el camión, todas cuidadosamente empaquetadas en cajas. Shannen está como: “Ok, pero ¿qué tiene que ver esto conmigo?”
El policía le dice que el GPS en el camión estaba configurado con la dirección de su casa, lo que significa que probablemente se dirigían a su residencia en Conrad cuando se salieron del camino. Encontraron su dirección y la dirección del juzgado en una de las laptops. Por supuesto, noticias como esta son suficientes para ponerle la piel de gallina a cualquiera. Así que, en lugar de dirigirse a casa para el fin de semana como de costumbre, le dijeron a Shannen que se quedara en Helena. La policía le ofreció protección adicional por un tiempo. Ofrecieron estacionar una patrulla frente a su casa durante el tiempo que ella quisiera. No querían correr riesgos. Randy y los niños hicieron las maletas y se fueron a casa de un familiar para estar seguros. La policía interrogó nuevamente a los hombres. Ahora decían que eran parte de un circo musical, que estaban de gira por Montana. De alguna manera, los hombres fueron liberados o se escaparon, no está del todo claro, pero desaparecieron y nunca más se supo de ellos. Después del caso Reynolds, Shannen siguió haciendo su trabajo encubierto en línea. Pero, en este punto, era mucho menos intenso. Para empezar, simplemente enviaba la información al FBI mucho antes y luego los entrenaba para que tomaran el control de las conversaciones y localizaran a los terroristas en línea, tal como lo hacía ella. Quería eliminarse de la cadena de evidencia para ya no tener que testificar en procedimientos judiciales, y funcionó. Ya no tuvo más casos en los que necesitara aparecer, y el FBI pudo frustrar más complots terroristas.
SHANNEN: He creado treinta y dos personajes principales a lo largo de los años, identidades en línea que en diferentes momentos, derivan en otras subidentidades para hacer que todo el aspecto de quién soy y lo que digo que hago sea un poco más real en el contexto virtual que proporciona internet. Esas identidades han llevado a diferentes juicios, pero lo interesante fue que los dos individuos que fueron procesados aquí en los Estados Unidos, los dos casos de alto perfil, fueron el resultado de que, ya sabes, esas personas tropezaran en los foros árabes buscando ponerse en contacto con Al-Qaeda. Afortunadamente, creo, fui yo con quien se toparon y a quien se aferraron, y pude controlarlos hasta que los casos fueron entregados al FBI, así que…
JACK: En 2006, Shannen recibió el premio American Hero Award del Middle East Forum. En marzo de 2009, fue honrada con el Above and Beyond Citizen Award de la Sociedad de la Medalla de Honor del Congreso en Montana. Lamentablemente, Shannen falleció en noviembre del 2020. Tenía enfermedad de Graves, lo que significaba una superproducción de la hormona tiroidea, que le causó todo tipo de problemas de salud. Tenía cincuenta años.
Shannen Rossmiller no temía adentrarse en las sombras de lo desconocido. Estaba impulsada por una resolución inquebrantable de marcar una diferencia en el mundo, una loba solitaria, pero también un ángel guardián. Tuvo una vida personal impresionante, y un espíritu extraordinario que la guió a través de salvajes aventuras en línea. Su historia es más que la suma de sus actos. ¿Quién sabe cuántas vidas salvó y qué lograron esas personas después?
Una madre rural y jueza municipal de día, pero una implacable espía cibernética de contraterrorismo por la noche, o por la mañana, sintiéndose tan cómoda usando identidades falsas como lo estaba en su vida real. Creo que el mundo aún está tratando de alcanzar la magnitud de quién fue Shannen y lo que logró. Espero que sea una inspiración sobre cómo combinar valentía, amor, justicia y tecnología. Su historia se extiende más allá del horizonte y perdura más allá del ocaso.
(OUTRO): Shannen Rossmiller publicó un libro sobre su recorrido titulado The Unexpected Patriot: How an Ordinary American Mother is Bringing Terrorists to Justice. Dejaré un enlace al libro y a todas mis fuentes en las notas del episodio.
Un enorme agradecimiento a SpyCast por darnos permiso para usar la entrevista que realizaron a Shannen en 2011. SpyCast es un podcast que entrevista literalmente a espías. Tienes que escucharlo porque te va a encantar.
Este podcast fue creado por Jack Rhysider, el episodio investigado por Fiona Guy, la música es del siempre misterioso Breakmaster Cylinder. Fue traducido y narrado en español por Armando D. Hernández, la voz de Shannen en español es de Mónica Siwy, y fue producido por Marieta Caballero y Calavera Sound en Madrid.
Esto es Darknet Diaries en español.
FIN DE LA GRABACIÓN